lunes, 13 de mayo de 2024

El caminante en la gruta del anciano


Pensando en los bandidos, el caminante sólo oyó el quejido cuando ya estaba muy cerca. Cuando cuidadosamente se acercó, intentando no ser visto, encontró a un viejo cansado y herido en un socavón que había escarbado en el suelo un gigantesco tombyl (1). Parecía malherido, como si tuviese un hueso dañado después de una mala caída. Lo examinó y quedó complacido de que no tuviera, al menos, ninguna herida visible, aunque después aún se preocupó más porque eso no excluía que el venerable anciano tuviera alguna que no lo fuera. Sin embargo, se fijó entonces en los ojos del anciano que le miraban fijamente y se dio cuenta que le estaba sonriendo con beatitud. Aquello le sorprendió: tenía unos ojos raros, casi dorados y con una forma que le recordaba a algo pero, si se lo hubieran preguntado, no hubiera podido decir a qué.

Así que lo cogió en brazos y lo llevó a una cueva que había visto desde lejos que le parecía un buen lugar para que el anciano descansara y, si podía, hacerlo él también. Entró en la cueva y sonrió a pesar de llevar al anciano a cuestas: como a unos 5 metros de la entrada había una apertura en la piedra por la que entraba de forma directa la luz que iluminaba una lago interior de tamaño medio y le permitió ver que al otro lado había otra apertura en la piedra que parecía prometedora. Cuando alcanzó la apertura, vio que no era el primero que había tenido esa idea: dentro había una habitación espartana pero con todo lo necesario, desde una cama hasta un baúl debajo de una ventana escarbada en la piedra. Tuvo un pequeño momento de duda por si venía el dueño de aquella cueva pero lo desechó pensando en que estaba lejos de todo y que era poco probable que en pleno día alguien más fuera a meterse en la misma cueva por muy acogedora que fuera por dentro.

sábado, 11 de mayo de 2024

Reseña literaria: El Caso de Barton Manor (La señora Lillywhite investiga 1)

Acabo de terminar el libro "El Caso de Barton Manor (La Señora Lillywhite investiga 1)" que fue el libro que señalé en el Reto de lectura de Abril-Mayo en el blog de Merche. Es mi primera reseña de libros así que no sé cómo quedará pero ahí va.

La novela pertenece a lo que los americanos llaman "cozy mystery" o, lo que es lo mismo, "misterio acogedor". Son novelas en las que las protagonistas (suelen ser mujeres) no se dedican a la investigación o, las que lo hacen, tienen unas características muy concretas, como la protagonista de esta serie, Mrs Rosemary Lilliwhite que es una viuda joven, financieramente independiente y de clase media-alta cuyo marido era investigador privado y a quien ayudaba en sus investigaciones.

Al comienzo de la novela, está intentando superar la pérdida de su marido, que nunca minusvaloró sus capacidades de observación. Mientras su mayordomo, Wadsworth, le trae una taza de té, llaman al timbre. Al abrir la puerta, se presenta una joven, llamada Grace Barton, que viene buscando al detective porque su padre ha recibido una carta amenazadora. Mrs Lillywhite le informa de que su marido ha fallecido, pero, aún así, la invita a tomar el té y la pregunta sobre lo que ha sucedido. Al descubrir que Grace vive al lado de la casa de sus padres, Rosemarie Lillywhite decide ir a pasar el fin de semana con su familia y asistir a la fiesta de aniversario que celebran los padres de Grace para investigar el asunto.

La novela no es muy larga (yo la he leído en libro electrónico KOBO, 166 páginas), se lee con facilidad (*), y conserva bien la intriga hasta el final, incluyendo el reecuentro de Rosemarie con el antiguo compañero en la policía de su marido, el detective Max, las relaciones dentro de la familia de Grace y las personas que los rodean. Es interesante el contraste entre la madre de Rosemarie (una señora bastante insoportable) y su padre (mucho más afable e inteligente). Todos ellos están bien tratados y la solución será imaginativa e interesante.

Dos puntos en contra es que no sabemos nada sobre el ambiente de la historia (ni siquiera se señala cuánto tiempo lleva Rosemarie viuda) y los personajes que no son fundamentales en la historia prácticamente no están trabajados, pero ambas cuestiones son lógicas teniendo en cuenta que se trata de una novela corta. Quizás la prosa no merece un Nóbel pero es una novela que sirve al propósito de entretener y pasar un buen rato sin más pretensiones.

Es preciso señalar que no tiene escenas gore ni de violencia explícita ni tampoco hay escenas sexuales, algo que es común a las novelas del género al que pertenece.

(*) La he leído en inglés, no sé cómo estará traducida o si lo está en este momento. Eso sí, los lectores británicos se quejan de que tiene muchos americanismos, algo normal porque la autora vive en Maine (EEUU).

Puntuación: 3,7/5.

viernes, 10 de mayo de 2024

Microrrelato: "el pacto de hidromiel"

 

A través del blog de Nuria Espinosa he conocido este reto de un microrrelato de un máximo de 100 palabras llamado "El pacto de hidromiel", en el que hay que respetar dos condiciones:


  1.     Crea un microrrelato o poesía (máx. 100 palabras) inspirándote en la carta.
  2.     En tu creación debe aparecer el mineral: Punta de flecha de obsidiana.


Así que aquí va el mío (94 palabras🖋️):

 
El sacerdote estaba inquieto. Llevaba varios días presintiendo un cambio en los augurios y estos habían pasado de regulares a francamente pésimos. El último había sido que las velas alrededor de las estatuas del jardín del Templo se habían apagado todas de golpe sin haber viento.
Al pasar al lado de la estatua de la diosa de la guerra, le pareció ver a aquel noble guerrero sentado bajo la pérgola. Pero al acercarse vio que la punta de una flecha de obsidiana le había atravesado el corazón. Los terribles presagios habían comenzado a cumplirse.
 
(Me ha gustado este reto, porque hasta me puede acabar sirviendo para el relato principal de este blog... 📜).

miércoles, 8 de mayo de 2024

El príncipe Erevin

 

El Príncipe se había levantado y estaba mirando por la ventana que daba al patio interior. En aquellas horas tempranas, ese patio solía estar solo. La sala estaba en silencio: la revelación de que estaba presente allí un hijo del emperador había causado gran conmoción. 

Tan sólo Frey Kaistos dudaba de esa afirmación. No dudaba que el caballero era de buena cuna pero había algo que le hacía dudar de lo que el joven había dicho. El hecho es que el Príncipe, desde que fue armado caballero a los 15 años, permanentemente había llevado, en público la armadura. Después había partido al puerto de Tiaronesta, en el noroeste, donde se había enrolado como marino y había estado ausente durante años. Sus únicos retratos públicos siempre lo habían representado con su armadura. Es cierto que el casco de la armadura no era al uso: tenía aperturas en los ojos y el maestro armero le había hecho la forma de una nariz e incluso labios, pero esos no tenían nada que ver con los que realmente tenía el príncipe. Si era realmente el príncipe...

lunes, 6 de mayo de 2024

Microrrelato: a vueltas con el tiempo -> Antes del examen oral

 

Faltaban unos pocos minutos para que empezara su examen. El opositor estaba de pie frente a la puerta a través de la cuál se podía escuchar al anterior en la lista terminando el suyo. Miró impaciente su cronómetro y su DNI que apretaba en la mano izquierda, sin saber si la impaciencia era porque quería que llegase el momento o porque no quería. Aquel artículo 1393 del Código Civil le había traído por la calle de la amargura durante todos los meses anteriores. Pensó en aquellos temas que siempre se le iban de tiempo y en aquel otro que odiaba profundamente de forma totalmente irracional. De repente, el anterior opositor paró de hablar y se hizo un silencio incómodo, sólo roto por el sonido de la silla al retirarse de la mesa cuando se levantaba. 

El secretario del Tribunal abrió la puerta y, mientras el anterior opositor salió de la Sala, dijo en voz alta:

- Marcelino Álvarez Fuentes.

El momento había llegado. Alea jacta est! se dijo a sí mismo.

(Este relato no tiene relación alguna con la historia que es motivo principal de este blog).

Microrrelato mayo 2024: el tiempo.

Blogging: Seamos seguidores

 Lista de Blogs de la Iniciativa Seamos Seguidores 

Me ha gustado esta iniciativa así que he apuntado al blog. La dueña del blog que en el que primero he visto esta iniciativa nos lo explica (quito el enlace porque ha quitado la campaña de su blog: su blog ahora es muy importante y lo de que cualquier bloguero le pida seguirla parece que no es mucho de su agrado):

Consiste en que vosotros sigáis mi blog y comentéis en esta entrada dejando el link de vuestro blog, para que yo pueda seguir los vuestros.

Después, podéis llevar esta imagen y la explicación a una entrada en vuestro blog para que otros bloggers os sigan y vosotros seguir a los que os comenten.

No tenéis que enlazar nada ni nombrar a ningún otro blog. Si queréis podéis poner esta imagen como banner, pero sería para que otros blogger encuentren más fácilmente su entrada.

Después he descubierto que Anna de Una mirada lectora también está.

Para un blog como este, que está empezando en algo que nunca he hecho, estas iniciativas pueden hacer que llegue a más lectores y, de paso, conocer blogs que sean de una temática distinta a la que tengo por costumbre leer (arte, historia y derecho).

 

viernes, 3 de mayo de 2024

La narración del Abad

El Abad, sentado en el sillón verde del laboratorio de frey Kaistos, se inclinó un poco hacia adelante para empezar a hablar:

- Me vais a perdonar pero soy viejo y tengo que ordenar mis ideas. Así que voy a contar nuestra historia desde el principio. Los eruditos están de acuerdo en que no se sabe quiénes fueron los primeros gobernantes de la extensión que ahora ocupa el Imperio. Ahora bien, sí sabemos que desde antiguo hubo ciertos pobladores que vinieron aquí desde las amplias estepas del Este, que se desplazaron hasta las tierras del oeste, lejos de las montañas de las nieves perpetuas del noreste y que acabaron formando varios reinos. El más importante de ellos fue el reino sinardo que primero estuvo en el noroeste pero que poco a poco fue extendiéndose hacia el este y el sur. Fueron ellos los que fundaron la ciudad portuaria de Kalistos, que acabaría siendo su capital.

Awlin, desde su escondite en la lámpara del techo, se dio cuenta de que no tenía ni una pizca de sueño. Estaba concentrado en lo que estaba diciendo en el Abad y, por una vez, sintió que se olvidaba incluso de las inquietudes sobre sus propios orígenes.

El Abad, se pasó la mano por la frente y miró hacia arriba para después continuar:

- Como sabéis, ese pequeño reino sinardo es la base del Imperio que conocemos hoy. Los comentaristas de los antiguos textos, escritos a veces de forma bastante tosca, nos dicen que se trataba de un terreno montañoso y orogáficamente complicado, con clima muy frío y con condiciones difíciles, hizo a la población fuerte, ruda, rebelde y tenaz. Aunque ha habido personas (esencialmente críticos al actual Imperio) que han dudado de dichas características, ningún hecho concreto nos hace dudar de que esa fuera su verdadero carácter. Las crónicas de sus primeras beatitudes (que es como se llamaba a los antiguos eremitas que vivían en pequeñas construcciones suspendidas en las montañas) nos muestran a personas que, con pocas posibilidades y recursos, levantaron verdaderas arquitecturas de montaña, más complicadas y fuertes a medida de aprendían cuáles eran las características de los materiales con los que las hacían. 

sábado, 27 de abril de 2024

En el laboratorio de Frey Kaistos


Una vez que salió de la Sala de los Pactos, frey Kaistos se encaminó a su laboratorio. No había entendido nada: primero, por lo que le habían dicho, le iban a hacer preguntas, pero la realidad es que no le habían hecho ninguna; segundo, estaba aquel chambelán que no le había causado ninguna buena impresión; y tercero, había visto que tenía buena relación con frey Sabelior. Y para terminar, el mensaje del Abad.

Sin que se diera cuenta, el perro le había seguido. Había salido detrás de él en silencio y después de encaminarse detrás de él por el segundo piso del patio, subieron ambos las escaleras hacia las habitaciones de la torre. Al cabo del rato, ambos sintieron que Awlin se les había sumado y, cuando habían llegado al primer piso de la torre, vieron que la puerta estaba abierta y había alguien esperándoles dentro.

Al abrir la puerta, a Frey Kaistos se le iluminó la cara: era un viejo conocido, uno de sus compañeros del Gran Monasterio de Os. 

- Arturiano, ¡qué alegría volver a verte! - se dieron un fuerte abrazo. Arturiano, de mediana estatura, rubio y delgado, no había hecho votos, sólo había estudiado y posteriormente, se había dedicado al comercio. Se había casado y tenía ya 4 hijos. Se escribían con regularidad pero desde que el monje había abandonado Os no habían vuelto a verse. Era lo que cualquiera llamaría un ratón de biblioteca. Siempre le habían encantado los juegos de palabras y los mensajes cifrados, aunque a decir verdad siempre lo habían sido sólo como pasatiempo.

martes, 23 de abril de 2024

La recuperación de Lasánides (y 2)



UndefinedDespués del frugal desayuno y antes de iniciar sus labores de estudio en la torre, Frey Kaistos decidió que iría a ver cómo estaban los convalecientes. Sin que su ausencia se hiciera notar de forma generalizada, porque había intentado (y logrado) pasar desapercibido, salió al patio central y miró hacia el cielo: los dos soles compartían el firmamento hoy con alguna nube poco importante.

Ya lo había pensado antes: el día era precioso pero las imágenes de la noche le impedían disfrutar de lo que veía. Si algo le había quedado claro después de aquel desayuno era que tanto frey Rilaus como frey Sabelior incansablemente intentaban expulsarle del ámbito de confianza del Abad, y claramente le habían hecho saber que tenían planes para más adelante. Estaba claro que el Abad no estaba muy de acuerdo con esos planes, aunque se había limitado a ignorarles y a hablar de otras cuestiones mucho más prosaicas como el precio del trigo o la necesidad de que llegasen pronto los nuevos hermanos, una vez que hubieran terminado sus estudios reglados.

domingo, 21 de abril de 2024

La junta del monasterio

Monjes medievales en el refectorio

La puerta lateral se volvió a abrir y entró un soñoliento hermano portero seguido de otros dos hermanos muy jóvenes que acababan de llegar al monasterio. Aún no tenían muy claro todos los horarios y quehaceres, por lo que les habían dado, como era costumbre, las tareas más fáciles. Una de ellas era ayudar al hermano portero a abrir el templo por la mañana y cerrarlo por la tarde, así como a mantenerlo en orden durante el día.

Frey Kaistos, consciente del efecto que la escena que tenían delante podía causar en seres impresionables, poco viajados, menos experimentados y medio dormidos, les dio el alto. Tenía que avisarles, pero sobre todo, alguien tenía que ir a avisar a los monjes que constituían la llamada junta que gobernaba aquel lugar: el Abad, el monje tesorero, el monje primer bibliotecario y el monje curadario, el encargado de los establos y otros animales, incluidos las palomas y los búhos. A todos ellos se añadía el hermano vigilante, encargado del mantenimiento del orden en la comunidad, no sólo entre los que vivían en el monasterio sino también con los fieles y otros visitantes. El Abad mantenía su suprema autoridad sobre todos ellos, pero aún así, al Abad, al menos a este en concreto, le gustaba oír a los demás y tomar la decisión que fuera, estando seguro de la decisión tomada. Quizás aquello alargase la toma de decisiones pero prefería ser prudente, en especial en cuestiones complicadas. Al fin y al cabo, todos en el monasterio dependían de que las decisiones que se tomaran fueran las correctas. Incluso los fieles y los monasterios y pequeños lugares de oración dependientes en su área de influencia también dependían de la oportunidad de aquellas.

jueves, 18 de abril de 2024

La piel de la serpiente

 

Frey Kaistos sabía que, aunque se diera prisa, no iba ya a poder evitar nada de lo que alguien había planeado cuidadosamente. Estaba claro que alguien sabía cómo funcionaba aquel templo y también el monasterio, pero lo que no entendía es qué había podido alguien querer allí. No eran sus experimentos, porque ni siquiera había intentado ir al monasterio, así que habría que saber qué había en el templo que había motivado el ataque.

Salió del departamento con el inmenso perro al lado y tomó el camino que le llevaría a una puerta lateral del templo utilizada sobre todo por los monjes para sus actos religiosos en comunidad.

Oyó un ruido extraño y se volvió: venía del palomar. Significaba desviarse de su objetivo pero no veía a nadie a quien pudiera mandar a ver qué estaba pasando así que se volvió y echó a correr hacia la puerta del pequeño edificio donde los monjes (más bien, los hermanos que aún no habían jurado los 4 votos: pobreza, obediencia al Abad, castidad y fidelidad al Imperio) criaban las palomas que entrenaban para la comunicación. La puerta estaba entreabierta y de allí salía una luz verdoso amarillenta que extrañó al monje e hizo ladrar furiosamente al perro. 
 

El caminante en la gruta del anciano

-  Pensando en los bandidos, el caminante sólo oyó el quejido cuando ya estaba muy cerca. Cuando cuidadosamente se acercó, intentando no ser...