En el blog de Ginebra Blonde, plantea una nueva idea de micro-relato: uno sobre surrealismo:
"La propuesta estará vigente durante todo el mes. Los textos pueden realizarse en cualquier formato, y no hay límite de palabras.
Me los podéis hacer llegar a través de este mismo apartado de comentarios, o, si lo deseáis, a través de mi correo.
Las publicaciones podéis hacerlas en vuestros respectivos blogs en el momento que las tengáis, vinculándola a este mismo post y dejándome vuestro enlace"_____________________
El ladrón de joyas:
Tomasso había sido apodado el Príncipe de la Noche por un comentarista cursi de la TV después de protagonizar alguno de los robos de joyas más importantes de los últimos tiempos. Nunca había sido detenido y la policía estaba muy perdida a la hora de seguir su pista porque no dejaba huellas.
Sin embargo, después de que casi se tropezó con aquel asesino en serie al ir a robar un espectacular rubí rodeado de diamantes, había tenido que ser protegido durante meses, primero, hasta que llegaba el juicio e incluso después porque aquel individuo había amenazado con matarlo si se llegaba a saber quién era.
Habían pasado cuatro años ya de aquello y se había hecho a la idea de que nunca jamás volvería a robar. Incluso había habido rumores sobre si ella había estado implicada en la detención del asesino en serie porque desde ese momento no había desaparecido ninguna otra valiosa joya. Pero aquella noche, encendió la TV y, dentro de la sección de cultura de las noticias, anunciaron que el gran diamante azul que había llevado aquella famosa cantante, cuando le dieron el Óscar a la mejor canción, colgando del cuello, estaría expuesto durante los siguientes meses en un museo de su ciudad. La caza, el peligro, la dificultad... se juntaron y el hormigueo volvió. Pensó que si descansaba un rato podría vencer el impulso de volver.
Pero fue peor: al dormirse, primero, el sueño fue tranquilo y sin problemas. A media noche, sin embargo, empezó a ver a aquella mujer sin cara en un sueño oscuro en medio de un vendaval y la joya, primero, era arrastrada por la lluvia y el agua que circulaba por el suelo y después por un viento fuerte. No sabía cómo ni por qué le sonaba el sitio del sueño pero no conseguía recordarlo. A la mujer no la reconocía porque no le veía la cara. La lluvia, el viento, el frío... todo eso era una advertencia o eso creyó mientras tenía aquella pesadilla.
Al despertarse, estaba amaneciendo, pero tenía un tremendo mal sabor de boca y no había dejado del todo la pesadilla atrás. La cabeza le seguía doliendo y su mente era un torbellino. Era surrealista, pero estaba pasando algo que llevaba mucho tiempo sin pasarle: no podía quitarse de la cabeza aquella joya. Objetivamente era una maravilla, aunque no más que otras que había visto y conseguido. Se levantó, medio dormido, y fue al baño. Allí, se miró al espejo y, aunque vio su cara demasiado pálida por la falta de sueño, se oyó a sí mismo decir:
- "Esa joya tiene que ser mía. Me da igual que sepan que he vuelto".
Sólo quedaba planificarlo... Sabía que, con sólo eso, esa obsesión no iba a parar y el sentimiento de invencibilidad volvió. No era probable que pasara lo que había visto en su pesadilla...
Foto de The Glorious Studio.
PS: Mañana continúo con el relato de Los Orígenes.
Es que la cabra tira al monte. Mejor que robe la joya y se entere de quien es la mujer sin rostro, y sienta el viento y el frío y demás presagios oníricos, porwue así no podrá vivir.
ResponderEliminarAbrazooo
Jajajaj, me parto... Hay que ver quién es esa mujer sí, porque puede haber varias posibilidades... Esos presagios son sólo si roba la joya: si se queda quietecito sin robarla, no le va a pasar nada. Creí que eso había quedado claro... 🤦♀️
EliminarOtro abrazo para tí. 🤗
Hay sueños (o pesadillas) verdaderamente premonitorios. Y detrás de cada escenario surrealista, siempre hay una realidad palpable y significativa; un mensaje que quiere ser descifrado. En su caso, y tras su obsesión, no logró interpretarlo. De haberlo hecho, hubiera dado esquinazo a ese vendaval que, de perpetrar el robo, seguro le vendría encima.
ResponderEliminarMuy bueno, Mercedes.
Muchísimas gracias por tan buen aporte.
Abrazo grande 💙
Sí, y este parece que lo era 👻 ... claro, que habría que ver si lo robaba al final, si más que una bruja muy malvada, la muerte, etc. era su propia conciencia que sabía que aquello no estaba bien. Habría que examinar qué se quiere revelar al lector en esta historia. 🤔
EliminarGracias por pasarte y comentar. 🖋️
Otro para tí. 🤗
Sí, sí, era nada más y nada menos que el "el Príncipe de la Noche"... jajaja.
ResponderEliminarYa, pero ya sabes, que a veces estas mujeres son como la Niña de la Curva, un mal presagio... jajaja 👻
Otro para ti, Marifelita. 🤗
Hola Mercedes, un sueño o una premonición? Desde luego su obsesión por la joya puede llevarle no solo a la cárcel, sino tal vez a que su terrible pesadilla se haga realidad. Me gustó como enfocaste y resolviste la historia. Un fuerte abrazo
ResponderEliminarHola Nuria, pues ni idea. No he pensado de qué se trata. Sip, esa es la cuestión: que puede pasar todo eso o ser simplemente su conciencia que le dice que está mal y que no lo haga. 🤔
EliminarGracias por pasarte y comentar. 🖋️
Otro para ti. 🤗
No lo puede remediar. Es como quien deja de fumar y vuelve a caer en la adicción. Ya está decidido, lo planificará y robará la joya.
ResponderEliminarSip... es más fuerte que él la tentación... habrá pocas consideraciones racionales que le frenen... 😱😛
EliminarHay cosas que no se pueden dejar del todo, un buen micro. Saludos!
ResponderEliminarClaro, a veces la fuerza de la voluntad actúa poco y mal... Saludos. 👋
EliminarEl gusanillo y la adrenalina pudo más que la coherencia de no volver a robar.
ResponderEliminarUn texto bien llevado, donde queda patente que el robar era su obsesión, más que trabajo.
Un saludo, feliz sábado.
Sí, desde luego, tenía una obsesión, que sólo había dejado por el encuentro con el asesino en serie. Ahora ya ha pasado el tiempo y parece que ya no existe ese peligro... 🤔
EliminarSaludos cordiales, feliz fin de semana... 👋
Esas ideas recurrentes luchan contra la decisión de no volver a robar. La cabra siempre tira al monte, Mercedes, como bien muestras en esta historia.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo :-)
Es que la tentación a veces es demasiado grande... y si a eso se le une lo prohibido y el ansia de poseer la joya... ufff, una mezcla explosiva... 😂
EliminarOtro abrazo. 🤗